Vista del Embalse de Búbal desde el mirador de Piedrafita de Jaca |
Esta es una época muy seca para el embalse sin embargo gracias a la paleta de colores que nos regala el otoño adquiere una belleza increíble. Tantos tonos de ocres, naranjas, rojizos, verdes... pintando cada árbol... la luz, el color... y allí estamos para intentar captar todo lo que vemos.
¡¡ Fotógrafa pillada !! Y es que yo hago fotos pero también me hacen (jiji, una más en el precioso paisaje) |
En esta ocasión que el embalse esté tan bajo nos da la oportunidad de ver lo que se oculta bajo sus aguas y que durante el año no podemos ver. Se trata de las ruinas de unos puentes, de unos edificios... las delicias para los más peques ya que todo lo que sea descubrir cosas y caminar por sitios que parece que son ellos sus descubridores es algo que siempre apasiona ¡incluso a los mayores!
Lo primero que nos encontramos son unas ruinas de unos puentes.
En alguna ocasión ya habíamos querido acercarnos a las ruinas que las aguas nos dejaban ver, pero siempre habíamos encontrado el suelo muy fangoso y por lo tanto imposible de transitar. Sin embargo en esta ocasión el calor de estos meses y la escasez de lluvias nos han dejado acercarnos.
Y es que nos encontramos tantos detalles que durante el año quedan ocultos...
Y cuando menos lo esperas y consigues despegar tu mirada de todo lo que tienes delante, alzas la vista al cielo y allí está sobrevolando con esa elegancia que hace que no dejes de seguir su vuelo. Aunque no venga equipada con un buen teleobjetivo, no puedo dejar de fotografiarla.
Nos vamos acercando a las ruinas.
Seguro que tras esos muros, esas piedras medio derruidas hay tantas historias...
Sin duda un lugar privilegiado, custodiado por los Pirineos ¿qué más se puede pedir?
Una puerta al pasado
O una puerta al presente
Del pasado al presente y con vistas al futuro, las puertas están para abrirlas y seguir adelante.
Quizá los troncos puestos en medio del camino nos recuerden las trabas que a veces nos encontramos en nuestro camino y es que en el mismo paisaje podemos encontrar tantas metáforas de nuestra propia vida... y por qué no pensar que son las trabas de quien vivía allí y un día tuvo que marchar.
Un lugar idílico, protegidos por las montañas, guiados por el sol, siempre vigilados por las águilas que nos deleitan con su elegancia... y unos colores que deslumbran nuestra mirada y nos despiertan sentimientos llenos de belleza.
Ventanas por donde asomarse a ver los colores del otoño.
Un precioso paseo que no siempre podemos hacer pero que cuando tenemos la oportunidad vale la pena improvisar y aprovechar el momento.
Una belleza tranquila, serena, radiante.
Un reflejo de la majestuosidad de la naturaleza.
Una mirada al pasado oculto bajo el agua.
Una mirada al presente también oculto a nuestros ojos bajo las aguas del embalse.
Y hasta aquí nuestro pequeño recorrido por el fondo del Embalse de Búbal. La próxima vez que le veamos seguro que ya estará lleno de agua ocultando nuestra excursión.