Ordenando archivos en el ordenador, me he encontrado con una carpeta llena de luz y color propia del sol de agosto. Mi paso por Hondarribia. Unos días fantásticos llenos de paisajes fascinantes, playas, flores, ambiente, gastronomía y buen ambiente.
En la plaza de armas se pueden ver vestigios de guerras pasadas que siempre hacen pensar en lo que ocurrió no hace tantos años.
Hondarribia, es un pueblo encantador, para mí uno de los más bonitos del País Vasco, recuerdo que tenía desde siempre y que el año pasado pude comprobar que era así. Recomiendo muchísimo su visita, y es uno de los lugares para volver ya que tiene muchísimo por ver.
Os recomiendo pasear y admirar... TODO, porque todo en este pueblo es bonito.
Desde el Jaizkibel (conocido por ciclistas y amantes de este deporte) podemos disfrutar de unas fantásticas vistas tanto de Hondarribia como Hendaya.
No tuvimos suerte con el día en cuanto a limpio, hacía calor, muy buen día pero el cielo tenía como una bruma que no dejaba ver con nitidez las maravillosas vistas que teníamos desde el Jaizkibel.
Podemos apreciar a lo lejos la bahía de Hendaya.
La bahía de Hendaya, pueblo francés que su cercanía con Hondarribia hace que se pueda pasar de un lado a otro ya sea mediante coche o con barco. Al fondo, cerrando la bahía podemos apreciar "las dos gemelas", dos rocas que emergen del agua al final que son dignas de admiración.
Un paseo por el monte te hace recargar pilas y es fácil poder disfrutar de la naturaleza, de los animales, acantilados...
Una de las maravillas de este monde es caminar, dejar perderse admirando las vistas tan maravillosas que tiene, disfrutar de la tranquilidad y silencio del que se puede disfrutar y descubrir las maravillosas rocas que nos sorprenden con sus formas y nos invitan a imaginar posibles "regugios"...
Siguiendo nuestro paseo montañero, tenemos los restos de la Torre de Santa Bárbara que data del s.XIX para defender Irún en las guerras carlistas.
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