La fotografía es una gran
pasión a la que intento dedicar el poco tiempo que me queda libre. Me encanta intentar captar con la cámara todo lo que veo, lo que
percibo, lo que siento. Pero para alguien que no es profesional, esto es muy
difícil y no siempre se consigue.
Tras
varios años con mi cámara reflex, pensé que ya había llegado el momento de
dejar de hacer fotos en modo automático y aprender a usarla.
Comencé
haciendo un curso de fotografía el cual me apasionó e hizo que me fuese
enganchando cada vez más en el arte de fotografiar.
Mi
objetivo es aprender a transmitir lo que yo veo tras la cámara. Saber
fotografiar sentimientos, momentos, miradas, sonrisas, paisajes…
Cada
año es un nuevo reto, algo que aprender a captar: paisajes, reflejos,
atardeceres, amaneceres, vías lácteas, lightpainting, retratos… de todo se
aprende y es bueno profundizar en aquello que no se nos da bien o que nos
gustaría ser capaces de hacer nosotros sin necesidad de programas informáticos.
Soy
anti todo lo que sean retoques y programas que nos ponen y quitan lo que
necesitemos, y suelo dejar mis fotos tal y como las he sacado en el momento de
verlas, la luz que en ese momento había, su color, su frialdad o calidez.
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