viernes, 22 de enero de 2016

Benirràs - Fiesta de los tambores


Benirràs es una de las calas míticas de Ibiza donde en las tardes de verano el sol se oculta al ritmo de los tambores.


El toque mágico lo pone un islote que contemplamos en el horizonte, Es Cap Bernat, cuyos 27 metros de altura dan una belleza indescriptible al lugar.


Nada más llegar, además de quedarnos prendados por su entorno, su belleza, su tranquilidad... ya era última hora de la tarde, nos llamó la atención ver allí la comunidad de hippies. Aunque íbamos allí por la gran publicidad que se hace acerda de ésto, no deja de sorprender. 


 

La Cala de Benirràs es muy conocida por sus atardeceres y sus tambores. 



Los ritmos, improvisados o no, surgen de los tambores de los hippies que se concentran allí en la playa y que durante toda la tarde dejan fluir hasta el atardecer que es cuando más gente se concentra para disfrutar de esta experiencia tan diferente.


 Allí hay cabida para todas las edades, para todas las procedencias... les une esa sintonía con la naturaleza, con los ritmos de los tambores.

 


No hablan, no cantan... solo dejan ir su ritmo y sus danzas.


Te sorprenden los extremos, tanto la juventud de algunos de los participantes como los que ya tienen una edad más avanzada.







Este hippie me asombró!!! No le faltaba detalle, estaba a lo suyo, absorto de todo el "revuelo" de turistas que estábamos por allí, de las cámaras... eso sí siempre a distancia.















Danzas diferentes, sin apenas ropa ni adornos... es algo sorprendente.


Quizá el baile no lo vi muy hippie, desde mi opinión personal, y me dió la impresión de un reclamo turístico... si bien es cierto que llamaba la atención no lo era tanto por su baile o sentimiento sino por sus tatuajes un tanto "poco happy flower".






Una experiencia diferente, quizá muy de Ibiza y que sorprende. La magia de la playa queda deslucida por la afluencia masiva que hay de turistas pero su visita aunque sea una vez merece la pena por el espectáculo tan pintoresco: hippies tocando tambores, turistas rodeándoles sin perder detalle, el sol ocultándose en el horizonte ...

jueves, 21 de enero de 2016

País Vasco Francés - Hendaya y Biarritz

Fascinada por las "piedras gemelas" de Hendaya y por su atardecer, que te sorprende en poco tiempo con un bello cielo veraniego como te amenaza con la llegada de una tormenta, realmente una zona de grandes contrastes.




Una cortina de lluvia nos amenaza desde el fondo del mar.


Sentarte en la arena y contemplar este cielo es el más bellos de los lienzos ¿o no? Me parece fantástico el color tan dulce, tan romántico, las nubes tan esponjosas... ese contraste de luz y oscuridad.





Un cielo imprevisible, cambiante en pocos minutos.



Y en nuestro viaje no podemos olvidarnos de Biarritz, ciudad conocida por esa mezcla de grande mansiones y lujo, y la cultura surfera que ha hecho sello de identidad a la ciudad.

Conocida por su famoso balneario y por su turismo frecuentado por la realeza ya desde 1854 cuando la emperatriz Eugenia (esposa de Napoleón III) hizo construir un palacio en la playa conocido hoy como "Hotel du Palais". Durante años fue un hotel frecuentado por familas reales y la burguesía europea.


Sus inconfundibles sus "sombrillas de rayas" de la playa que nos recuerdan tiempos pasdados.




Los socorristas siempre atentos al mar



El faro construido en 1834 y que está situado en el punto más septentrional de Biarritz. Mide 74 m y tiene 248 escalones. No nos dió tiempo a acercarnos pero nos queda pendiente su visita para la próxima vez.


La Iglesia de Santa Eugenia, construida en 1898 de estilo neo-gótico y dedicada a Santa Eugenia, santa patrona de Eugenia de Montijo, la emperatriz de Francia en aquel momento.



Vista general de nuestro paseo desde la playa, pasando por la Iglesia de Santa Eugenia, el Puerto de los Pescadores y si continuamos un poco más este maravilloso paseo a pie de las aguas del Mar Cantábrico, llegamos hasta la Roca de la Virgen donde merece la pena descansar y contemplar las vistas. Además siempre hay por allí artístas con sus maravilloso lienzos.




El Puerto de los Pescadores fue construido en 1870 para los pescadores de bajura. Aunque actualmente ya no quedan apenas, es un lugar muy bonito y pintoresco para visitar.







Cuenta la leyenda, que una vez cuando regresdaba un barco al muelle estalló una enorme tormenta que impedía su retorno al puerto. De pronto, un rayo de luz mostró el camino a los pescadores hasta tierra firme. Después del milagro, los pescadores decidieron eregir una estatua de la virgen en la roca.


La Roca de la Virgen está conectada con la tierra a través de un puente que Napoleón III mandó construir. El puente es conocido como el Puente Eiffel, recibiendo el nombre del arquitecto Gustave Eiffel (el mismo que construyó la Torre Eiffel de Paris).





La Roca de la Virgen, la guardiana de los pescadores.


Una zona maravillosa para disfrutar de su cultura, su entorno, su ambiente... y dónde me han quedado aún muchos rincones por descubrir más detenidamente. Muy recomendable para conocer.